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jueves, 23 de junio de 2011

¿ZANAHORIAS, HUEVO, O CAFÉ?

Una muchacha se quejó ante su padre sobre su vida y porque las cosas se le estaban poniendo difíciles.            Ella ya no sabía más qué hacer y quería desistir. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando terminaba de resolver un problema, surgía otro.
Su padre la llevó hasta la cocina, llenó tres ollas con agua y las puso en el fuego fuerte. Luego, el agua comenzó a hervir. En una puso zanahorias, en otra, huevos y, en la última, café en polvo.  Dejó que todo hirviera, sin decir una palabra.
La hija esperó impacientemente, imaginando lo que él estaba haciendo. Cerca de 20 minutos después, él apagó el gas. Tomó las zanahorias y las puso en un cuenco. Retiró los huevos y, entonces, tomó el café. Mirándola, preguntó: “¿Qué estás mirando?”. “Zanahorias, huevos y café”, respondió.
Él pidió que ella probara las zanahorias. Ella notó que las zanahorias estaban blandas.
Él, entonces, le pidió que tomara el huevo y lo quebrara. Ella obedeció y, después de retirar la cáscara, verificó que el huevo endureció con el hervor.
Finalmente, él le pidió que tomara una cucharada de café. Ella sonrió al probar su aroma delicioso y preguntó: “¿Qué significa esto papá?”.
Él explicó que cada uno de ellos había enfrentado la misma adversidad, el agua hirviendo, pero que cada uno reaccionara de forma diferente.
La zanahoria entró fuerte, firme e inflexible. Pero, después de haber sido sometida al agua hirviendo, se ablandó y se volvió frágil.
Los huevos eran frágiles. Su cáscara fina había protegido el líquido interior, pero después de haber sido puestos en el agua hirviendo, su interior se volvió más rígido.
El polvo del café era incomparable. Después de puesto en agua hirviendo, había cambiado el agua.
¿Cuál de ellos eres, hija mía?”, preguntó el padre.
“Cuándo la adversidad golpea su puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria, un huevo o café en polvo?”.
¿Usted es como una zanahoria, que parece fuerte, pero con el dolor y la adversidad se marchita, se vuelve frágil y pierde sus fuerzas?
¿O como el huevo, que comienza con un corazón maleable, pero después de una dificultad se hace más difícil y duro?
¿O será que usted es como el café en polvo? Él cambia el agua hirviendo, lo que le está provocando dolor, para lograr extraer de ella el máximo de su sabor. Cuanto más caliente esté el agua, más sabroso se hace el café. Cuando las cosas se ponen peores, usted mejora y hace que todo a su alrededor mejore.
¿Cómo lidia usted con la adversidad?

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